Seguramente, alguna vez habréis vivido la experiencia de leer dos libros a la vez. Es lo que me ha ocurrido esta semana con "El hombre en busca de sentido" y con "Los Juegos del Hambre". Tenía la intención de acabarme el primero antes de empezar con el segundo, pero era tal mi impaciencia por leer el nuevo fenómeno mundial que no pude resistirme.
A pesar de lo distintos que son estos dos libros, casi sin darme cuenta encontré una similitud entre ellos. Si bien "El hombre en busca de sentido" describe la vida de un hombre en diversos campos de concentración durante la ocupación nazi, "Los Juegos del Hambre" no son más que una novela de ficción. En ella, veinticuatro jóvenes de entre doce y dieciocho, provenientes de los lugares más pobres, deben luchar a muerte para divertir a la clase social alta.
Pues bien, el tema de fondo de ambos libros se centra en la dignidad de la persona humana. Tanto el protagonista de uno como el de otro, reflexionan sobre aquello que son. ¿Son solo juguetes en manos de personas mas poderosas o por el contrario son algo más que eso? Gracias a ello, consiguen descubrir que tienen algo que trasciende los límites de la humillación que puedan sufrir: su propia dignidad. Por esto, aprovechan hasta la más mínima oportunidad para rebelarse contra el régimen dominador y para mostrar a la sociedad que cada ser humano tiene un valor infinito.
domingo, 6 de mayo de 2012
martes, 1 de mayo de 2012
De gafes y hombres
El fin de semana pasado, estuve en un bar de la avenida de Europa disfrutando del Real Madrid - Barcelona en compañía de unos amigos. Durante toda la tarde, me tacharon de pesimista, gafe y otros apelativos similares, porque según ellos no paraba de ponerme en los peores casos: que si nos marcan, que si perdemos, que si adiós liga...
En realidad, esto es una técnica mental , llamémosla así, para poder disfrutar más de la alegría final. Me explico. Poniéndonos en los peores casos, la mente se hace a la idea de que no va a recibir ninguna alegría y por lo tanto, se queda como estaba al principio. Sin embargo, si resulta que se acaba produciendo esa alegría, se disfruta el doble, como ocurrió con la victoria del Real Madrid.
Por supuesto esto no es algo que le ocurra solamente a la loca de mi cabeza. Estoy seguro de que la mayoría de las personas hacen lo mismo. Si en este preciso momento, entrara tu madre a tu habitación y te dijera: ¡Hijo, hemos ganado la lotería!, en un primer momento pensarías que se trata de una broma, aunque por dentro te quedaría la sensación de que pudiera ser verdad. Esta sensación se llama esperanza, y considérate afortunado por poseerla.
"Todo hombre no vive más que por lo que espera"
Jesús M
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