Hoy vengo a hablaros de una serie de libros que estoy seguro todos conocéis. Se trata de Las Crónicas de Narnia, de Clive Staples Lewis. Quiero hacer un post sobre esto, porque leí los libros recientemente y los encuentro increíblemente interesantes.
Cuando abrí el primero de ellos y empecé a leer, me quedé pensando ¿de verdad me voy a leer este libro?
Y es que encontrarte una letra cercana al tamaño 20 y las páginas llenas de dibujitos no es algo que te anime a seguir leyendo. Aún así hice un esfuerzo y continué con lo que consideré un libro infantil del que nada interesante se podía obtener. Un mes y medio después de esta experiencia, terminé de leer la última página del séptimo libro. Efectivamente, me encantaron, y también comprendí que me había equivocado.
Reflexionando sobre los libros, me di cuenta de que estaban escritos como una gran alegoría sobre el Cristianismo. Cada criatura que aparece, desde animales hasta enanos, pasando por faunos y otros extraños seres, tiene su correspondencia con un elemento relacionado con la religión.
De esta manera pude observar que el valor de estos libros iba mucho más allá del que yo les había dado inicialmente. Los que parecían unos aburridos cuentos infantiles, resultaron estar escritos para aquellos inteligentes que pudieran descubrir el mensaje que escondían. Gracias a esto, aprendí que, en muchas ocasiones, los prejuicios que todos tenemos pueden llevarnos a dejar pasar grandes oportunidades de nuestra vida.
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