Me gustaría dedicar este post al que puede considerarse uno de los deportes más espectaculares que existen. Es, sin ninguna duda, el baloncesto. Su principal foco de desarrollo, lo encontramos claramente en los Estados Unidos. La NBA (National Basketball Association) es la principal liga del país y en ella juegan los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, es bastante curioso el origen que tuvo este deporte.
Sucedió allá por 1891, en la YMCA de Springfield, Massachusetts, Estados Unidos. El principal promotor fue un tal James Naismith, instructor de deporte, que fijó las primeras trece reglas básicas. Como buen profesor, quería que sus alumnos se mantuvieran en buena forma, pero dadas las malas condiciones climáticas de la zona, apenas se podían practicar deportes al aire libre. Fue por esto por lo que decidió crear un nuevo deporte que se pudiera jugar en interiores y en espacios reducidos. Y así surgió el baloncesto.
Sin embargo, ya nuestros antepasados se divertían encestando diversos objetos dentro de todavía más diversos recipientes. Los aztecas practicaban el Tachtlí, que consistía en hacer pasar una pelota de cuero por un pequeño aro. Los mayas se decantaban más por el Chichón Itza, extraño juego que consistía en hacer pasar una pelota por unos anillos de piedra, pudiéndose golpear ésta únicamente con la espalda, las rodillas o la cadera. Había modalidades que se practicaban a caballo, como el Pato en Argentina, que también tenía objetivos similares a los anteriores.
En resumen, parece que desde siempre han existido hombres inteligentes que saben disfrutar de lo que verdaderamente es el deporte, de algo más que darle patadas a un balón.
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